"El creador de la pizza canchera”, dice con letras amarillas en la vidriera de la pizzería Angelín. El slogan no es un invento ni un modo de mandarse la parte. Simplemente es la verdad. Por si hace falta, Gustavo –tercera generación de la familia Pinto que trabaja en la pizzería– profundiza: “Mi abuelo empezó haciendo la pizza canchera en 1938. Después mi viejo la repartía en bicicleta. Iba a la cancha de Atlanta cuando terminaban los partidos y la vendía fría porque no llegaba caliente. En total eran dieciséis porciones. Sólo llevaba salsa y condimento; no tenía muzzarella ni queso. Era del único modo que se podía vender”.
Angelin es la típica pizzería de barrio y abre sus puertas desde el año 1938 solo de noche, en un edificio afrancesado y antigüo de Villa Crespo
El local tiene mesas detrás del horno de la entrada sin embargo la mayoría de los clientes siguen amontonándose en el cuadrado de la entrada, cerca del horno a leña como si fuera un fogón. Quizas esa calidez sea la mayor virtud de Angelin.
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